La traducción y yo, mayo 2019

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

 

Llevo un tiempo sin escribir. ¿Por falta de ideas? Quizá, pero creo que es más bien porque, como buen perfeccionista que soy, busco el tema perfecto del que hablar. Pero, a veces, considero que ser más espontáneo y humano puede resultar más interesante para ti, lector. Hoy te contaré cómo me va últimamente en el ámbito profesional.

No me quejo

La verdad sea dicha, estoy bastante contento en lo que respecta a mi realización profesional, pese a querer tener una seguridad económica que me permita hacer realidad muchos otros proyectos que tengo en mente y viajar más.

Llevo unos meses trabajando en una academia dando clases de idiomas y refuerzo escolar en Málaga. Es un trabajo gracias al cual estoy aprendiendo mucho y en el que estoy mejorando mis habilidades didácticas (saber explicar, comunicar conceptos, hacer amenas las clases con dinámicas de grupo, captar la atención, etc.). Este trabajo es mi principal fuente de ingresos en la actualidad. Me encanta llegar a casa agotado —los niños dan mucha guerra, créeme— con la satisfacción de cumplir con mi deber.

Por otra parte, estoy contento porque acaba de publicarse mi segunda traducción, esta vez en formato de libro electrónico gracias a la plataforma de autores y traductores Babelcube. Ha sido una experiencia de la que hablaré en otra entrada, pero te adelanto que me ha resultado bastante positiva, ya que he dado con un autor que me ha facilitado mucho las cosas.

En cuanto a las clases particulares, sigo dándolas a estudiantes de todo tipo, y estoy muy contento con sus resultados y de tener los clientes que tengo.

¿Traducción como profesión o como complemento salarial?

Entiendo que la traducción a tiempo completo puede ser un trabajo apasionante, pero, basándome en mi experiencia y mis motivaciones, me tomo esta profesión como un complemento salarial, una fuente de ingresos adicional, entre otras cosas, porque el día tiene 24 horas. Además, pienso centrarme en seguir trabajando como docente y también especializarme en investigación en psicología.

La divulgación científica es algo que me atrae; y mucho. No obstante, no es incompatible con mis conocimientos y mi experiencia como traductor. Me explico. Por ejemplo, estoy traduciendo en la actualidad una novela con tintes psicoanalíticos; también tengo en mente proponer traducir varios libros de psicología. Por tanto, procuro utilizar mis conocimientos y habilidades a mi favor.

Moraleja

La lección más importante —a raíz de mis lecturas de libros como Padre rico, padre pobre, de Robert Kiyosaki, y otros libros como Monetízate, de Andrés Pérez Ortega—, es que hay que ser conscientes de que hay muchas posibilidades de ganar dinero; no nos podemos limitar a tener nuestra nómina como única fuente de ingresos. Y, para ello, no es necesario arriesgar mucho capital, ni mucho menos. Gracias a internet se nos abre todo un mundo de posibilidades para demostrar nuestras habilidades profesionales.

Si tienes formación en varios campos del saber, intenta ser creativo y busca la manera de combinar dichas habilidades de forma que le pueda resultar útil a alguien que tenga algún problema que resolver: ahorrar tiempo, ganar más dinero, organizarse mejor o mejorar el estatus gracias a nuevos conocimientos y destrezas, etc. Observa los problemas que tiene tu cliente ideal.

Por lo tanto, te animo a que seas más emprendedor y menos conformista con tu trabajo, pero, eso sí, siempre aportando calidad y rigor en las actividades que lleves a cabo.

¡Feliz semana, licurgotraductor!

 

Einstein e imaginación

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