A la hora de decantarnos por esta profesión, podemos dar muchas respuestas que respondan a por qué. Pero ¿son esas respuestas reales o volátiles? ¿Meras justificaciones o razones vacuas? La verdadera pregunta a la que debemos responder es para qué. Veámoslo.
Cuando comencé mi primera carrera, Filología Inglesa, no tenía claro cuáles eran mis metas laborales; y menos sospechaba que me dedicaría a la formación y a la traducción –y posteriormente, a la psicología, además–. Aunque tenía muchos porqués: porque me gustaban los idiomas; porque con un título se encuentra (solo en teoría) trabajo con mayor facilidad; porque estudiar inglés es muy útil; porque me gusta la literatura, etc.
Pero no fue a raíz de un curso de coaching, en el último año de carrera, que no descubrí la pregunta para qué y su enorme potencial. Entre esos para qués estaban: para manejar un idioma con soltura; para enfocarlo a la traducción; para ganar cultura y así mantener conversaciones con un mayor número de personas, dar charlas; para crear una red de contactos y amigos con la que crear sinergias; para adquirir nuevas competencias que me servirán para obtener empleos más remunerados cuyas experiencias me ayudarán a conseguir una mayor autonomía profesional, etc., etc., etc.
Así pues, deduje que quería dedicarme a algo que realmente me realizase en lo personal y en el plano intelectual y me permitiese ganar mucho dinero (esto último no es tan fácil –ni políticamente correcto–, pero sirve de acicate para seguir aprendiendo); para qués relacionados con la felicidad y la autorrealización.
Esto en coaching, o el arte de llevar a una persona –gracias a sus propios recursos y mediante la adquisición de hábitos nuevos– de un punto A (su estado actual) a un punto B (su meta), es una de las preguntas más poderosas que se pueden plantear alguien porque:
- No debe justificarse, como ocurre con por qué.
- Revela lo que hay detrás de un comportamiento. Nuestras motivaciones
- Nos habla del coste para nosotros que supone tal conducta.
Por tanto, te recomiendo que hagas este ejercicio, lector, sea cual sea tu profesión. Sabrás más sobre ti y sobre lo que te mueve a hacer las cosas y, cómo no, a evitar tomar decisiones que pueden suponer tanto un gran coste cognitivo como económico (posgrados, formaciones especializadas «que están de moda», o pedir créditos porque se te ha ocurrido una «genial» idea de negocio.
Por último, me encantaría que compartieras tu(s) para qué(s), respecto a la traducción o profesión freelance, en los comentarios. Gracias.
Referencias bibliográficas
Guarnieri, S. (2013). ¿Por qué pregunta un coach para qué? Escuela Europea de Coaching. Recuperado de http://blog.escuelacoaching.com/por-que-pregunta-un-coach-para-que/